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¡El secreto para tener pestañas más largas, fuertes y rizadas!

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¡ADIÓS A LAS IMPERFECCIONES!

 

El uso adecuado del corrector es una maniobra que, literalmente, te puede cambiar la cara… ¡Para bien! “Los correctores son buenas herramientas de belleza para minimizar brotes, cicatrices, manchas y comedones; también pueden emplearse para iluminar el triángulo principal del rostro, profundizar los pómulos, definir tanto el mentón como la barbilla y, lo más importante, combatir las ojeras”, comenta el maquillista Juan Carlos Frank, quien señala que un buen corrector, utilizado de manera apropiada, marca la diferencia entre un look fresco, lozano y radiante, y un maquillaje mal ejecutado.

 

Las categorías

Existen varios tipos de correctores, con diferentes texturas y acabados. Conocerlos te ayudará a elegir el que mejor se adapte a tu piel y satisfaga tus necesidades.

 

  • Barra Es la presentación más común y tiene gran poder de cobertura. Desventaja: debes usar una cantidad pequeña en la zona a trabajar (sobre todo si es el contorno de los ojos), pues de lo contrario se marcarán las líneas de expresión y se creará un efecto craquelado. Ideal para pieles jóvenes.
  • Crema Posee una obertura profunda y es la mejor alternativa para eliminar las ojeras y marcas Ideal para pieles maduras.
  • Líquido Es fácil de usar y brinda una cobertura media. Desventaja: no es la opción más adecuada para tapar imperfecciones significativas. No es recomendable para pieles grasas.
  • Polvo Tiene la ventaja de ser ligero y proporcionar un acabado natural, pero su permanencia en el rostro es menos duradera. Ideal para las pieles grasas.
  • Mousse Su textura es grata, liviana y de amplia cobertura; al contacto con la piel, se convierte en un polvo con buena adherencia. Ideal para pieles mixtas.

 

Los matices

Los más comunes y efectivos son aquellos que se ubican en las gamas cromáticas beige, verde, amarillo y naranja/salmón. Cada tonalidad ha sido diseñada para un uso específico, pero todas, independientemente de su color, reducen las imperfecciones.

  • Beige Ilumina e iguala el tono de la piel, unificando las zonas más oscuras del rostro.
  • Verde Oculta las irritaciones y rojeces, los granos, la rosácea ligera y las cicatrices pequeñas.
  • Amarillo Matiza las áreas del rostro con un color más intenso y tendiente al violeta-morado. Ideal para tratar las ojeras intensas y los hematomas.
  • Anaranjado/salmón Disminuye notoriamente las ojeras pigmentadas con tonalidades azuladas.

La aplicación

Ya que ubicaste el corrector indicado, hay que preparar la piel antes de usarlo.

  • La cara debe estar limpia e hidratada.
  • Aplícalo después de utilizar una base de maquillaje con textura ligera o media.
  • Selecciona uno o máximo dos tonos más claros que el color de tu piel y colócalo en las zonas oscuras, como las ojeras, las aletas de la nariz y el punto elevador de los labios, además de otras áreas específicas que desees corregir.
  • Adminístralo, siempre en dosis mesuradas, con un pincel especial y difumínalo con una esponja libre de látex, mediante presiones suaves (no arrastres el producto), para conseguir una mejor penetración.
  • Desvanece los extremos para lograr una adaptación total al tono de tu piel, evitando así los antiestéticos “cortes”.
  • Sella con polvo translúcido para garantizar una mayor duración y un acabado impoluto.

 

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