En la belleza todo inicia y termina con la misma palabra: limpieza, paso fundamental para que lo demás funcione adecuadamente, desde los tratamientos hasta el maquillaje. ¿Te parece que Kendall Jenner tiene bonita piel? Si tu respuesta es negativa significa que la envidia te está matando. Tenemos noticias: esta top model, celebritye Instagram monster (con más de 65 millones de seguidores) está obsesionada con la limpieza facial: “Me lavo la cara unas tres veces al día”, afirmó en entrevista para Byrdie.co.uk. “Mis hermanas mayores siempre han sido muy claras: no te toques la cara, no te toques los granos, lávate diario la cara y usa crema para los ojos. Yo les hago caso”, dice Kendall. Los resultados saltan a la vista.
¿Te irías a dormir o a trabajar sin lavarte los dientes? No, ¿verdad? Y seguramente tampoco usas cualquier cepillo y pasta dentales. Entonces, no hay motivo para considerar que la limpieza facial es un asunto menor. Según la dermatóloga y especialista en cosmetología médica Dinorah Argüelles Martínez “es fundamental para la salud cutánea y también es la mejor manera de prevenir o combatir posibles padecimientos que se generan en diversas etapas”. Por lo tanto, es conveniente considerar algunos aspectos:
- El objetivo principal es eliminar las impurezas, sobre todo aquellas que son más resistentes, como los restos de maquillaje, bloqueador solar y los agentes contaminantes. Para ello, es necesario emplear un desmaquillante de acción intensiva que prepare la piel para una limpieza adecuada.
- Una vez que se tiene una superficie aseada es momento de utilizar un limpiador que pueda penetrar en los poros. La grasa y la suciedad acumuladas no sólo causan brotes, también restan luminosidad.
- La piel del rostro es delicada y para mantenerla joven, saludable y atractiva se requiere una rutina bien estructurada que nutra, proteja y atienda necesidades específicas según la edad, el tipo de piel y el estilo de vida.
- La temperatura del agua debe ser tibia y, ¡por el amor de Dios!, olvídate de los “jabones de tocador” (¿quién bautizó con tan ridículo nombre esas cosas llenas de detergente y perfume barato que venden en el super?). Si eres fan de las barras, elige una de fabricación artesanal, de preferencia de miel, aloe vera o avena. La limpieza debe hacerse con movimientos suaves, circulares y del centro hacia afuera.
Caso por caso
¿Piel normal? Sí, cómo no. Seamos honestos, nadie tiene piel normal. Gigi Hadid, Cara Delevingne o Karlie Kloss poseen una piel fabulosa –es decir, equilibrada– pero en ningún caso “normal”. Lo que entra en un parámetro de normalidad es que a los 20 años se padezca resequedad y a los 50 te salga un grano. No obstante, lo más común son los problemas vinculados con el aspecto oleoso y la tendencia al acné debido al depósito de sebo en determinadas áreas.
- Piel grasa
Lo básico es eliminar el brillo que se concentra particularmente en la frente y la nariz, minimizar los poros dilatados y contrarrestar el aspecto desaseado (uno de los rasgos más odiosos es que la cara parece nunca estar limpia). “La piel reacciona de manera contraria a lo que esperamos: mientras más energía ponemos en combatir el sebo, más va a producir la piel para reponerlo. La solución es emplear productos que se aclaren con agua y evitar formulaciones agresivas. Los limpiadores faciales deben tener acción exfoliante, y activos seborreguladores y mafificantes”, asegura Argüelles Martínez.
- Piel mixta
Es más frecuente de lo que se piensa y, también, más complicada de tratar de lo que aparenta, debido a su doble condición grasa/seca. La llamada “Zona T” brilla como un foco de 100 W, mientras que las mejillas presentan sequedad y en el contorno de los ojos pueden marcarse líneas finas. En estas partes los poros están prácticamente cerrados y se requiere un limpiador oil free y no comedogénico en presentación de gel.
- Piel seca
¡Alerta, arrugas a la vista! Si la tragedia de la piel grasa son los brotes y las espinillas, en este caso el drama son las líneas de expresión que amenazan con llegar antes de tiempo.”La falta de humedad puede manifestarse en rugosidad, descamación y surcos leves, así como enrojecimiento y tirantez”, indica la especialista. Es necesario usar un limpiador que contenga vitamina E, extracto de manzanilla y aceite de almendras por sus efectos humectantes.